Flojo de argumentos. Finalmente apareció Claudio Poggi con, lo cual habría que levantar la solicitud de paradero por si alguien pudo tener en mente pedir.

La prensa lo encontró en el aeropuerto cuando el ex gobernador se aprestaba a tomar un vuelo rumbo a Buenos Aires. Al ser requerida su opinión acerca de un escandaloso caso de probable corrupción en el manejo de entrega de viviendas durante su gobierno fue evasivo. Nada aclaró, a pesar y a sabiendas de que él era el responsable político del gobierno donde se cometió lo que hoy investiga la Justicia.

Aclaró que se mantiene en contacto con la imputada, su entonces ministra de Vivienda, Cecilia Lucero, aunque la versión generalizada es que ha sido abandonada a su suerte.

“Se trata de un caso de persecución política!” apenas atinó a argumentar el senador viajero, identificado por sus faltazos entre sus pares del Congreso de la Nación.

Lo de siempre, la Justicia es buena o mala según para qué lado se pronuncie, a favor o en contra. El viejo argumento, gastado y pequeño al que apeló el ex gobernador.

Lo que Claudio Poggi omite es que no se trata de una persecución política desde la Justicia, sino que hay una denuncia concreta de una perjudicada por las maniobras de adjudicación y desadjudicación que se investiga. Trascendió que en el avance de la causa se habría detectado más casos irregulares de esta naturaleza. Se trata de una causa donde a la hora de seguir un hilo conductor de funcionarios responsables poder llegar al mismo Claudio Poggi que anda flojo de argumentos para explicar desaguisados que pudieran cometerse en su gestión.

Mientras tanto, se aguarda una semana de debates agitados en la Legislatura por estos episodios oscuros que salpica fuertemente al poggismo macrista y generan preocupación entre los diputados..