UN POGGISMO MACRISTA SIN ESCRÚPULOS

Si hay factores que distinguen tristemente al poggismo macrista se destacan el abandono de las labores parlamentarias por los que el pueblo contribuyente les paga muy bien (y todo para nada) y la falta de escrúpulos a la hora de las críticas, sin aportar nada positivo en beneficio de la comunidad.

Abandono de trabajo

Lamentablemente San Luis ha desperdiciado tres bancas en el Congreso de la Nación lo que acarrea un grave perjuicio. Claudio Poggi hace tiempo que abandonó sus tareas legislativas nacionales para dedicarse a las menudencias electorales.

En tanto, González Riollo vive enamorada de las luces porteñas, no viene a San Luis, (territorio que desconoce), provincia que representa por obra y gracia de la fortuna y no por méritos. Sólo le preocupa la seguridad de los habitantes de la ciudad de Buenos Aires.

Escondieron a Bachey

Y como moño de cierre del paquete de frustraciones que emana la pobre representación congresista, el poggismo macrista terminó por esconder a la diputada Karina Bachey. Según se menciona con insistencia en los pasillos del Congreso de la Nación, el poggismo macrista tomó distancia de la   legisladora por considerar perjudicial su imagen que de algún modo la opinión pública la vincula con gente involucrada con el atentado contra la vida de la vicepresidente de la Nación, Cristina Kirchner. Es decir, a su nula producción legislativa se le suma el ninguneo que le hacen sus compañeros del partido poggimacrista. Ninguneada y escondida.

“No sé de qué se trata, pero me opongo”

“No sé de qué se trata, pero me opongo” es el argumento que flamea como bandera de la oposición Poggi-macrista-radical.

Según insistentes comentarios en el Palacio Legislativo de la calle Ascasubi, la oposición generalmente no trabaja en comisiones y remata su inactividad y nula producción oponiéndose a todo en el recinto de sesiones.

Gastón satelital

En el grupo de legisladores improductivos se cuenta Gastón Hissa que oficia de satélite sin manija revoloteando por pasillos y oficinas.

Su última actuación disparatada estuvo centrada en sus críticas a la falta de agua. Sin escrúpulos intenta sacar algún rédito rastrero que alimente sus sureños electorales. Critica a la gestión municipal cuando el problema no es del intendente Tamayo como no lo habrá sido de ningún intendente anterior. Los tiempos de sequía castiga a todas las gestiones por igual. No se informa debidamente y al parecer tampoco le interesa hacerlo. Estas tierras argentinas llevan tres años de sequías y escasez de agua. Lo padecen todas las localidades. Lo lamentan todas las provincias argentinas, incluso Mendoza que tiene la ventaja del deshielo cordillerano la está pasando mal. Imaginemos la provincia de San Luis, mucho peor.

Pero no solamente carece de escrúpulos aprovechando un grave problema provincial y nacional buscando un rédito gallináceo, sino que actúa con deslealtad para con sus compañeros de ruta política en el Concejo Deliberante de la Ciudad de San Luis que comprendieron madura y razonablemente el problema y apoyaron (fue unánime del cuerpo legislativo municipal entonces) la emergencia hídrica.

Estas actitudes lo describen tristemente a Gastón Hissa, radiografían claramente su lamentable personalidad.