SENTIDA HOMILÍA DEL OBISPO GABRIEL BARBA, EN SU PRIMER ANIVERSARIO EN SAN LUIS

(Por Eduardo Gargiulo).- Al conmemorar su primer año al frente de la Diócesis de San Luis, el obispo Gabriel Barba aseguró que a pesar que “ustedes no me han elegido ni yo los he elegido a ustedes, aquí estamos, porque el Señor con su providencia me ha traído para pastorear estas históricas tierras de San Luis”.

“No los conocía y poco sabía de esta Iglesia”, agregó, “hoy puedo decir otra cosa: mucho he aprendido y mucho los voy conociendo”, al tiempo que rogó “porque muchos sean los operarios que quieran comprometerse a ser testigos y evangelizadores para caminar juntos, llevando la Buena Nueva (…) Siguiendo esta larga y rica historia de la evangelización en estas tierras puntanas o sanluiseñas”.

Uno de los párrafos más significativos de su homilía, durante la Santa Misa, fue cuando definió qué le quiere decir a la Iglesia de San Luis “y en ella a cada uno de ustedes: “¡Salgamos…! ¡No tengamos miedo…! No nos encerremos. Es tiempo de abrir concretamente nuestras estructuras parroquiales y eclesiales. Dejemos que el Espíritu Santo obre en nosotros. Sin miedo a que nos cambie aquello que teníamos ordenandamente armado. Los cambios y la pobreza evangélica nos atemorizan porque no nos da seguridad. Pero esa… nuestra debilidad, será fortaleza por la Gracia de Dios. Necesitamos revisar nuestra eclesiología. No somos una isla”, definió.

Más adelante, se preguntó: “¿Dejamos que nuevos fieles sean protagonistas… y ocupen lugares, oficios o acciones en nuestras comunidades? ¿Invitamos a participar a aquellos que no vienen…? Si no hacemos eso… siempre serán los mismos que cubren los oficios…”, como las lecturas o las ofrendas.

En lo que se interpretó como una autocrítica dirigida a ciertos sacerdotes, el obispo enfatizó: ¿Escuchamos… recibimos… atendemos a los más pobres? Todavía veo parroquias que no tienen organizada sistemáticamete CARITAS. Eso debería escandalizarnos. Como si una parroquia no tuviera catequesis o no celebrara los sacramentos”, expuso como ejemplo.

“Todas las parroquias ¿tienen “literalmente” sus puertas abiertas…? Muchas veces ni eso mínimo logramos”, se quejó.

RENOVACIÓN

La homilía del Obispo Gabriel Barba refuerza el sentido de la línea renovadora -sino rupturista- que emprendió contra los sectores más conservadores, al permitir comulgar con la mano, o que participen las mujeres como lectoras, monaguillas o incluso en la Eucaristía. También aceptando la diversidad sexual, como cuando en agosto de 2020 admitió que la lectura de las intenciones estuviera a cargo de Francia Gabriela López, una mujer trans, o admitiendo su deseo de visitar la Virgen de la Cobrera para analizar el fenómeno de devoción que genera en un sector de la sociedad.

Más cercano en el tiempo, la máxima autoridad de la iglesia católica tampoco expuso temor en cuanto a asumir compromisos políticos y ganar la calle. Las marchas en contra del proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) o en apoyo al esclarecimiento de la desaparición de Guadalupe son prueba de ello. Tanto aquellas, como éstas, resultan acciones inexistentes en el curriculum de sus antecesores.

Entre otras medidas que llevan su sello, se encuentran los cambios que introdujo en el Seminario San Miguel Arcángel, reduciendo de 10 a 8 el período de formación, junto con la creación de la Escuela Diaconal, por mencionar algunos cambios.

Tal vez la primera señal que emitió el obispo de ser un “distinto” fue cuando el 12 de julio del año pasado resolvió oficiar su primesa misa como obispo, en la humilde parroquia de San José del Morro, a cuyo santo encomendó su ministerio, en lugar de optar por el Cristo de Renca o de Villa de la Quebrada, de mucha mayor “popularidad”.

Al cumplir su primer año al frente de la Diócesis de San Luis, monseñor Gabriel Barba ha logrado cimentar una aceitada relación con el gobierno provincial y otros sectores, entre ellos el periodismo, cosechando partidarios y también detractores, convirtiéndose en un activo protagonista de la vida de San Luis.