SE APROBÓ LA LEY DE LA DEUDA EN DIPUTADOS CON APOYO DE LA OPOSICIÓN

Obtuvo 224 votos y sólo la rechazó la izquierda. Por pedido de la UCR, se creará un mesa con el Ejecutivo para evaluar los vencimientos de las provincias. Bronca entre los aliados del Gobierno porque no los sumaron.

(LPO).- La Cámara de Diputados aprobó este miércoles la ley pedido por Martín Guzmán para negociar con los bonistas extranjeros con 224 votos y apoyo de toda la oposición, a excepción de los dos miembros de la izquierda, Romina del Pla y Nicolás del Caño.

El respaldo de la UCR y el PRO fue acordado noche por los gobernadores opositores que pedían que sean contempladas sus deudas en dólares y también en pesos con el Tesoro y Anses.

El texto final del proyecto no mencionó nada de eso, pero como anticipó LPO la Cámara creará una mesa ejecutiva para estudiar la "sostenibilidad" de la deuda de las provincias, con la presencia de Santiago Cafiero, Eduardo "Wado" De Pedro y legisladores de Juntos por el Cambio.   

Se conformó a través de un proyecto de resolución escrito y firmado por el jefe del interbloque de Juntos por el Cambio Mario Negri, que por pedido del Gobierno incluyó una compromiso para reformar la ley de responsabilidad fiscal, vigente desde 2003. 

El acuerdo entre las dos fuerzas mayoritarias provocó una reacción de los bloques aliados cercanos a Roberto Lavagna, a partidos provinciales gobernantes de Córdoba, Misiones, Río Negro, Salta, Neuquén y a otros opositores en Tucumán y Santa Cruz. 

"Nuestro bloque considera esto un atropello. No es esta la última sesión. Muchos acuerdos van a hacer falte en esta Cámara. Estas cosas no se hacen", amenazó Jorge Sarghini, que hizo su debut como diputado del bloque aliado Consenso Federal, donde llegó como reemplazo del ministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo. 

Pidieron incorporarse a la mesa ejecutiva, pero los radicales y macristas no apoyaron los dos tercios necesarios y Sergio Massa debió intervenir para no romper relaciones con quienes hasta ahora funcionaron como aliados permanentes. "Bajo mi responsabilidad, prometo que se van a sumar a la mesa", garantizó. 

Unas horas antes, el debate de la ley se había centrado en la crisis de deuda que atraviesa el país y obligó al Gobierno a negociar una reestructuración con los bonistas extranjeros y el FMI. El proyecto crea las condiciones para llevar a cabo esas negociaciones: habilita a emitir títulos en el exterior del país como parte de una reestructuración (prórroga de jurisdicción extranjera), los exime de impuestos, protege los activos locales de embargos y limita las comisiones de los Bancos al 0,1%.

"La capacidad negociadora que tendrá el Poder Ejecutivo en cabeza del ministro de Economía es distinta si esa gestión se hace en el marco de una decisión del Poder Ejecutivo o si se hace con el apoyo del arco político que empodera al ministro de Economía para que defienda los intereses del país", sostuvo Carlos Heller, uno de los miembros informantes del oficialismo, que mostró muchas voces al inicio de la sesión.

Fernanda Vallejos, flamante presidenta de la Comisión de Finanzas, consideró que "los años 2018 y 2019 van a quedar en los anales de la historia argentina por haber sido récord de fugas de capitales".

"En ese bienio salieron U$S 55.000 millones, es decir, U$S 10.000 millones más que el total de los desembolsos que se realizaron a partir del acuerdo que la anterior administración firmó con el Fondo Monetario Internacional (FMI)".

Otros oradores iniciales del Frente de Todos fueron el neuquino Darío Martínez ("Cada argentino debe 7.340 dólares", apuntó), la dirigente judicial Vanesa Siley y el entrerriano Pablo Casaretto.

"Nada de esa deuda se usó para mejorar la capacidad productiva del país. En cuatro años en donde la deuda empeoró nominalmente, en sus características y se acercaba en sus vencimientos, el país entró en una situación de recesión, con falta de producción, con desempleo y aumento de la pobreza. Esta situación es la que a la Argentina se le hace insostenible", aportó luego Pablo Yedlin, de Tucumán, 

 Sarghini cerró los discursos para el interbloque federal. "Emergencia y restructuración es la condición necesaria para que podamos contar con un plan económico integral, tan necesario para salir de esta caída de la economía. Estamos dando un instrumento para quienes tienen la facultad de negociar. Este Congreso deberá controlar el seguimiento de la deuda a través de la Bicameral", señaló. 

Elisa Carrió, que renunció a partir de marzo, participó de la sesión, confundió a Guzmán con el ministro de Producción Matías Kulfas y se burló de José Luis Ramón, jefe de uno de los bloques aliados. "Estamos acá para darle el respaldo a nuestro negociador", lo atacó.

"Estamos para tratar un problema como la deuda externa del que usted es responsable porque participó del  anterior gobierno", le respondió el mendocino. 

El radical Gustavo Menna recordó que varios de los títulos que se negociarán fueron parte de los canjes de 2005 y 2010, además de los emitidos por Macri desde que llegó a la Casa Rosada.

Los cierres fueron encendidos. "No alcanza con decir que vamos a pagar solo si crecemos. Hay que definir cómo vamos a crecer, cómo va a ser nuestra política de exportación, cuáles son los motores donde tenemos desarrollo económico. Ya pasó un tiempo suficiente como para que pudieran haber enviado un proyecto de Presupuesto al Congreso", aportó Negri.

"Alberto Fernández dijo que los gobernadores tomaron deudas por culpa de Macri. Eso es mentira. Fueron las provincias las que reclamaban endeudarse en dólares", completó.

Máximo Kirchner no ahorró adjetivos para el ex presidente. "Tomó deuda de manera irresponsable, a razón de más de 30.000 millones de dólares todos los años y coronaron con el FMI con 44.000 millones de dólares", recordó. 

"¿Quién le habrá recomendado a Macri tomar deuda? ¿El Messi de las finanzas?", ironizó, sobre la extraña autocrítica del ex jefe de Estado. 

"Lo que vuelve insustentable a la deuda es la curva de vencimientos, que parece pensada como si supieran que no fueran a hacer Gobierno", apuntó el diputado y prometió que la propuesta a los bonistas pasará por el Congreso.

"Esto no significa darle un cheque en blanco al presidente ni a la vicepresidenta ni al ministro de Economía. Lo que tiene que hacer la Argentina y sus representantes en esta negociación es cerrar los números con la gente adentro. Simplemente eso. No es tan difícil. Tenemos que decirle ‘nunca más' a la deuda externa y empezar a diagramar una política económica que elimine este problema de la sociedad", concluyó.