Esta semana se conoció otro caso de mala gestión de desechos patológicos por parte de un centro médico privado. Piden respetar las normativas y disponer de manera correcta la basura para cuidar la integridad del personal municipal y de la ciudadanía.
“Ingresé la mano al papelero que estaba casi vacío y encuentro con una bolsa con jeringas y residuos patológicos. Por suerte, tengo la costumbre de mover las bolsas antes de meter la mano sino no sé qué habría pasado”, relató Laura Medero, trabajadora de la Dirección de Barrido y Limpieza, sobre la situación que le tocó vivir este martes, cuando encontró residuos clínicos en un cesto de basura en la calle Ayacucho.
Por el hecho se labró un acta contra una clínica privada y volvió a visualizarse un grave problema que viven los trabajadores municipales a la hora de retirar residuos, ya sea en el centro o en los domicilios. Otras dos instituciones sanitarias fueron sancionadas por la misma irregularidad.
“Es un peligro para nosotros que pasamos limpiando los cestos del centro. Cuando hay poca basura, generalmente metemos la mano dentro para agarrar las bolsas y nos exponemos a cualquier tipo de herida, porque la gente no toma conciencia de las acciones que realiza”, remarcó Medero.
Jeringas, gasas, guantes de látex, sueros y algodones usados, son algunos de los materiales que los trabajadores han encontrado en cestos cercanos a clínicas privadas céntricas. Lamentablemente para los trabajadores toparse con estos residuos patológicos es casi “moneda corriente”.
“Uno piensa en todo. Cuando vi la jeringa se me pasaron muchas cosas por la cabeza. Tengo mi mamá con muchas enfermedades y uno se preocupa al encontrar restos de sangre y algodones, no sabemos si nos podemos contagiar algo en estos tiempos tan difíciles”, relató la trabajadora, con voz entrecortada.
“Les pedimos que nos cuiden y se cuiden. Que sean responsables con los residuos, porque en la mayoría de los casos nos encontramos con cosas que no deberían estar ahí”, agregó.
LA DESINFECCIÓN EN ÉPOCAS DE PANDEMIA Y LA RESPONSABILIDAD SOCIAL
Por su parte, Martín Nasso, coordinador de Barrido y Limpieza, explicó las tareas que realizan diariamente y puntualizó en la desinfección de las bolsas y la responsabilidad en la gestión de desperdicios.
“El trabajo de un barrendero, además de limpiar las calles y veredas, es vaciar los papeleros y cestos urbanos del centro. Allí es donde la gente debería depositar basura como papeles, envoltorios y botellas de agua. Pero generalmente se encuentran otro tipo de residuos, como los domiciliarios, o más grave, los patológicos”, puntualizó.
Al respecto, agregó que “la gente debe tomar conciencia de lo que hace”. Y recalcó: “Sobre todo, los empresarios. El que tiene una clínica privada es un empresario y debería descartar los residuos como corresponde”.
De igual manera, Nasso recomendó a la población redoblar los cuidados respecto de la desinfección de las bolsas y la correcta disposición de los barbijos descartables, para evitar contagios y la propagación del virus del COVID – 19.
“Hay que pedirle a los vecinos que desinfecten las bolsas antes de sacarlas de su casa. También, que no arroje su barbijo descartable en papeleros. Lo ideal es que lo haga en su domicilio, bien envuelto y con las medidas de seguridad correspondientes. Deben saber que nosotros somos trabajadores y gente común que trabaja cuidando la Ciudad”, afirmó.
RECOLECTORES, TAMBIÉN EN RIESGO CONSTANTE
Además del personal de Barrido, los recolectores también lidian con elementos peligrosos entre los desechos domiciliarios. Hace semanas, un integrante de Recolección de Residuos se incrustó una aguja en la pierna mientras realizaba su tarea en cercanías a la escuela “Fray Luis Beltrán”.
Juan Villaverde, uno de los municipales encargados de recolectar las bolsas del centro, manifestó que “es común encontrar todo tipo de elementos peligrosos y cortantes en los cestos”.
“Salimos a bolsear desde temprano con mis compañeros y dos o tres veces por semana nos encontramos con barbijos, gasas, guantes y cosas que nos pueden afectar a nosotros. Uno no sabe qué puede pasar si los toca, la gente debería tener más cuidado”, subrayó.
Desde el Municipio elevaron una serie de recomendaciones para disponer, de manera adecuada, residuos cortopunzantes como vidrios, latas, cubiertos en desuso, clavos y jeringas, entre otros elementos peligrosos, que normalmente son descartados sin precaución en la basura domiciliaria.
El director de Recolección de Residuos, Mauro Lucero, remarcó que la forma indicada de sacarlos a la vía pública es envolver, en cajas de cartón o botellas de plástico, los elementos cortopunzantes y de esta manera evitar que traspasen las bolsas y generen lesiones a los recolectores al retirarla de los cestos.
También, mencionó que otro de los métodos es usar una botella de plástico, abrir la parte superior, colocar los restos peligrosos y luego volver a sellarla. En tanto, recomendó señalizar con un cartel este tipo de desperdicios y colocarle “doble bolsa”, para que el operario sepa de antemano las condiciones del residuo.