PROCESARON AL CHANTAJISTA DEL PADRE GUSTAVO MÉNDEZ

(Por Eduardo Gargiulo).- El juez Leandro Estrada procesó por chantaje al joven Christopher Ismael Latorre, quien amenazó al capellán policial con revelar “fotos y videos comprometedores”.

Aunque el sacerdote no concurrió a ratificar su denuncia en sede judicial, a pesar de recibir dos citaciones, el magistrado interpretó con las pruebas colectadas que había mérito suficiente para procesar al acusado. No así para los otros detenidos, que quedaron absueltos.

Se basó en tres elementos contundentes: 1) La propia declaración de la víctima; 2) Los mensajes amenazadores vías Whatsapp en el celular del joven; y 3) La detención en el momento en que recogía el supuesto botín.

Los hechos estallaron el pasado jueves 11, a las seis de la mañana, cuando Latorre amenazó al sacerdote por teléfono. Gustavo Méndez continuó la conversación de WhatsApp y quedó en abonarle la primera cuota de 25 mil pesos esa misma noche, en la iglesia donde celebra sus misas.

Cuando Latorre concurrió a las 10 de la noche a la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, junto con otros dos jóvenes, para cobrar la primera cuota de un total de 150 mil que exigía, el cura le entregó una bolsa y el joven, sin mirar lo que había dentro, la tomó y se fue. En la bolsa sólo había 200 pesos y papeles sueltos. Al subir a una de las motos para retirarse del lugar, los tres fueron detenidos por efectivos de la Brigada de Investigaciones de la UR II.

Por lo que se supo, el delincuente tenía relación con el padre Gustavo Méndez hacía ya siete años. Su trato actual venía porque trabajaba en el hogar de ancianos “Santa Teresita” y porque todos los días lo ayudaba al sacerdote con su rutina de ejercicios físicos, aunque no es precisamente un personal trainer.  

David Omar Arrieta, de 24 años, y Lucas Martín Muñoz, de 30, los amigos de Latorre que fueron detenidos con él, no fueron acusados y el magistrado les dictó la falta de mérito porque declararon que sólo llevaron en moto al acusado al lugar donde retiraría el dinero, pero declararon desconocer sus intenciones. El principal acusado en cambio se abstuvo de declarar.

Latorre, de 26 años, fue procesado por intento de chantaje, informó Estrada, es decir, un delito diferente a aquel por el que había sido aprehendido: extorsión. A los ojos de la Justicia, aunque se utilizan como sinónimo, no significan lo mismo, dado que el Código Penal Argentino, en su artículo 169, define al chantaje como una intimidación que pretende afectar el honor de una persona, a través, por ejemplo, de la violación de un secreto. En tanto que la extorsión supone amenazas todavía más severas, que pueden llegar a jugar con la vida y la muerte, explicó el magistrado.

El juez Estrada pudo acceder a la conversación de WhatsApp en la que el religioso era amenazado. Ante la presencia de testigos, los policías le habían tomado capturas de pantalla a los teléfonos de ambos. En una de esas imágenes, el acusado le aseguraba a Méndez: “Tengo fotos y videos que te van a comprometer… Si vos no me pagas seis cuotas de 25 mil pesos, yo te los viralizo y te escracho”.

Nunca se supo qué tipos de fotos o videos “comprometedores” tenía en su poder el detenido, que llevaron al sacerdote a acceder al chantaje, o si se pudo secuestrar dicho material.

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