(Por EduaroGargiulo).- El fin de ciclo de Enrique Ponce en Capital y Mario Raúl Merlo en Villa Mercedes, abre un abanico de especulaciones en torno a cómo se definirá la candidatura de quiénes pretenden sucederlos.
Con la cuasi certeza de las candidaturas de Adolfo Rodríguez Saá por el PJ y Claudio Poggi por el macrismo, para competir por la gobernación, el interés más relevante está puesto en lo que podría suceder en los dos municipios más importantes de la provincia, donde ambos intendentes no pueden ser reelectos nuevamente.
Capital
El distrito más importante presenta un panorama lleno de dudas, tanto en las filas oficialistas como en la oposición, por la carencia de liderazgos claros e indiscutibles.
Teniendo en cuenta la autonomía municipal, nuevamente crecen las versiones de que el intendente Enrique Ponce se propone desdoblar la fecha electoral, demostrando hasta último momento manejar las riendas en su territorio, a pesar del tercer puesto conseguido en las últimas elecciones.
En este sentido, si bien aceptó sumarse a la escudería de Cambiemos, nada indica que se vaya a plegarse a la estrategia de sus flamantes aliados. Una fuente que lo frecuenta asiduamente contó que está a la espera de la fecha electoral que fije la provincia, para luego determinar la propia.
“Él sabe que las PASO son en agosto y las generales en octubre, calcula que Alberto convocará en abril o mayo, entonces recién ahí decidirá lo que más le conviene a su estrategia”, indicó el informante. De fijar una fecha propia, en San Luis el electorado podría llegar a votar… ¡cuatro veces en el año!. Un despropósito.
Consultado si tendrá candidato propio a intendente y si podría ser su Secretario de Gobieno, Francisco Petrino, afirmó: “Eso sólo él lo sabe, pero no descartés a su hermano Carlos”, dejando entrever que efectivamente tendrá su propio aspirante.
Esta situación, naturalmente, agrega tensiones a la interna de la oposición, donde hasta el momento se estimaba que competirían solo candidatos de Avanzar (¿Hissa?) y del radicalismo ( Cacace?), pero no mucho más.
Por el lado del justicialismo las dudas se acrecientan, sobre todo por la histórica debilidad electoral que padece en el principal distrito electoral. A la danza de nombres conocidos en las últimas semanas (Felipe Tomasevich, Karim Alume, Juampi Funes) acaba de agregarse un nombre que nadie hubiera imaginado semanas atrás. Se trata del ex jefe de Gabinete de Ponce y actual concejal, Luis “Piri” Macagno.
Para algunos el trascendido “es sólo un ratón” para intranquilizar a sus tíos Enrique y Carlos, aunque otros aseguran que el portazo que pegó tras la borocotización del intendente puntano hicieron crecer sus acciones. Al punto que se asegura que comenzó a ser medido en un sondeo junto con otros posibles pre-candidatos.
Villa Mercedes
En la segunda ciudad de la provincia la falta de certeza sobre el sucesor del eterno intendente Merlo es más que ostensible. El jefe comunal cuenta en su entorno con Jorge Rosales como quien más posibilidades tiene de intentar pelear la continuidad de la gestión, pero éste sabe que no depende de él, por eso apela a la prudencia.
Enfrente aparecen otros dirigentes que sí trabajan a destajo para ganar la preferencia del “dedo” que los erija en candidatos indiscutidos, ya que una interna no figura en el manual de las definiciones pre-electorales del PJ.
En ese sentido, dos que picaron en punta y articulan alianzas para fortalecer sus chances son el ministro de Gobierno, Eduardo Mones Ruiz, y el vice gobernador Carlos Ponce. Con perfiles diferenciados, por ahora han elegido no enfrentarse, pero cada uno por su lado tejen y maniobran para remover otros “obstáculos” que aparecen en el camino.
Este “fuego cruzado” lo vienen sufriendo, con distinta intensidad, dirigentes como Maxi Frontera (Director de La Pedrera), el diputado Marcelo Sosa, el concejal Oscar Montero, el ministro de Transporte Enrique Cabrera y el de Turismo, Aldo González Funes, todos hombres con aspiraciones pero escasas chances.
Por fuera del andamiaje oficialista, pero aliado, aparece José Giraudo (MxC), enfrascado por ahora más en preocupaciones académicas (le restan pocas materias para recibirse de abogado) que en la coyuntura pre-electoral.
En las filas de la oposición, en tanto, las aguas tampoco son transparentes. En la UCR dan por descontado que el concejal Carlos Andreotti será quien los represente en la pelea por la preciada candidatura, pero no descartan que a caballo de la caldeada interna resurja la figura del ex intendente Miguel AngelBonino y se “pudra todo”, como reconoció un boina blanca.
La gente del PRO, por su lado, proclama a los cuatro vientos que “no hay candidatos puestos” y pretende que el candidato surja de una interna. En la pelea aparecen anotados el diputado Walter Oio y el titular del ANSeS, Federico Fonzar.
De todos modos, esta nómina incomoda a Claudio Poggi y a José Riccardo, quienes manejarían números de una encuesta que no favorece a ninguno de los nombrados.
“La realidad es que no tenemos figuras fuertes, por eso no descartamos elegir alguna persona ajena al mundo de la política, que provenga del comercio o del empresariado, alguien que sea una novedad, que tenga buena imagen, aunque no sea del todo conocido”, se sinceró un referente opositor.
Las indefiniciones en San Luis y Villa Mercedes están a la orden del día, más allá que todos presumen que asistiremos a un escenario de brutal polarización electoral. Hay coincidencia, también, en que después del mundial se acelerarán los tiempos. Ante el probable adelantamiento de las elecciones, unos y otros calculan que a más tardar el próximo verano deberán estar definidos quiénes serán los principales candidatos a intendente.
En virtud de este plazo muchos dirigentes aceptan, con resignación, que deberán postergar las vacaciones. Pero sarna con gusto no pica, dice un popular refrán.
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