Los empresarios se negaron dos veces a aceptar la clausura del local.
Personal de la Municipalidad corroboró defecaciones de ratas, cucarachas, potencial contaminación cruzada de alimentos y faltas de higiene general en la cocina. El caso está en manos del Juzgado de Faltas, que dictó dos oficios y los titulares del comercio se negaron en ambas oportunidades al cumplimiento de la orden judicial.
Durante un control de rutina en locales que comercializan alimentos en la ciudad, la Dirección de Bromatología visitó un restaurante ubicado en calle Pedernera y Caseros y encontró una serie de faltas de higiene en la cocina. Además, observaron inconvenientes en la señalética y salidas de emergencia. La situación fue comunicada al Juzgado de Faltas, que dictó un oficio para la clausura preventiva hasta certificar la resolución de los problemas hallados, pero sus titulares se negaron a aceptar la actuación de las autoridades municipales.
La subsecretaria de Control Ambiental, Eliana Giorda, explicó que hallaron en la cocina defecaciones de ratas, cucarachas, carnes a poca distancia del pan, lo que implica una probable contaminación cruzada y grasa pegada en azulejos y pisos. También observaron alimentos sin rotular, sin fecha de vencimiento, los extractores con grasa y tierra pegada lo que dificulta su función.
Asimismo, encontraron incumplimientos en la señalización de salidas de emergía –adujeron haber pintado recientemente el local-, no cuentan con plano de evacuación ni la certificación correspondiente. Todos los hallazgos fueron documentados por la escribanía municipal.
La funcionaria precisó que con el oficio, el personal municipal se acercó a clausurar el local el jueves pasado y sus dueños no quisieron aceptar la medida, por lo que Juzgado emitió un nuevo oficio de clausura definitiva en el que implicó a la Policía provincial para el cumplimiento de la resolución. De este modo, este viernes se acudió nuevamente al local con la fuerza pública y nuevamente se negaron a la colocación de la fajas de clausura, esta vez con amenazas hacia el personal municipal.
“Las falencias en la cocina son de gravedad, es un riesgo para la salud pública. Fuimos a hacer efectivos oficios del Juzgado y se negaron en dos oportunidades. Todo quedó documentado con la presencia de testigos e informado a las autoridades correspondientes”, explicó Giorda. Y señaló que ahora están a la espera de lo que resuelva el Juzgado.