El pueblo de LUJAN, ubicado al norte de nuestra provincia, se llamó por muchos años PARAJE DEL RIO SECO, tal vez porque su río principal era caudaloso en verano pero bastante seco en invierno.
Sus habitantes originarios fueron los OLONGASTAS Y LOS HUARPES, tribus esencialmente cazadoras y recolectoras.
Cazaban avestruces y guanacos con arcos y flechas con puntas de piedra afiladas y recolectaban EL FRUTO DEL ALGARROBO, CHAÑAR Y PIQUILLIM.
Del ALGARROBO y el CHAÑAR hacían ARROPE. De las VAINAS DEL ALGARROBBO hacían AÑAPE, es decir, la harina que luego convertían en PATAY, entre otras variedades de derivados de alimentos.
Una gran fuente de alimentos era el maíz. El choclo fresco lo comían hervido o asado y al seco lo molían en las CONANAS (morteros) y lo hacían harina.
En realidad allá por 1768 TODO EL PARAJE DEL RIO SECO era una enorme Estancia de DON TOMAS CAMARGO que éste luego le VENDIO A DON JUAN DE CUENCA Y finalmente pasó a manos de PEDRO PABLO QUIROGA.
Eran tiempos en que la cantidad de habitantes de toda la provincia ascendía a 7.810, de los cuales 810 vivían en la ciudad Capital.
Dos misterios rodean los inicios de esta población: ¿Dónde se ubicó el primer asentamiento habitacional? Y cómo, cuándo y porqué cambió el nombre de Paraje del Río Seco por Luján?
Vamos por parte: según Delia Gatica de Montiveros, los primeros habitantes de Luján vivían un poco más al norte de la ubicación actual. Una zona luego conocida como LA GLORIA. Era una población más dispersa que edificó sus casas con paredes de ENORMES ADOBONES. Después la población y la urbanización se trasladó más al sur, río arriba.
FINALMENTE, PORQUÉ CAMBIÓ DE NOMBRE
Delia de Montiveros dice que desde un principio existió una gran devoción a la Virgen de Luján en su pueblo.
A tal punto que en ese villorio inicial de la zona norte, en una habitación del domicilio de una familia de apellido JOFRE, allá por 1700 se levantó una capillita para rendir veneración a la Virgen y al parecer allí concurría todo el pueblo. Probablemente esa enorme devoción trascendió los límites del pueblo y de la provincia y eso llevó de a poco a trocar el nombre de la localidad. Con el paso de los años y de los siglos finalmente se levantó el templo y se cree, según la misma escritora, que la imagen de la VIRGEN FUNDADORA, pertenecería a aquella familia JOFRE, de los tiempos fundacionales del Paraje del Río Seco.