La barriada está ubicada en la zona norte capitalina. Las obras que la Municipalidad realiza en el lugar benefician a más de 40 familias.
El “Plan Integral Urbano” de la Ciudad no detiene su marcha y genera cambios sustanciales en las barriadas. Como sucede en el Loteo Irma Jofré, donde la transformación estructural que se desarrolla es definida por los vecinos como “un renacer”. La pavimentación de 300 metros, 20 luminarias led y 600 metros de veredas y cordones cuneta le han renovado la fisonomía al lugar.
Las obras benefician a más de 40 familias, que destacan “el antes y después” de la zona. Según comentan, el pavimento mejorará la calidad de vida. “Tengo tres hijos y cambia mucho. Ahora van a poder jugar con los patines, que no podían usar en las calles de tierra”, consideró Lucas Nimi, quien tiene su vivienda en calle José Hernández.
Diego Mendes es otro integrante de la barriada. Hacía más 6 años -cuando construyó su vivienda- que esperaba el asfalto, anhelo que vio materializarse en las últimas semanas. “Estoy muy satisfecho con la Municipalidad, está quedando muy lindo el barrio”, comentó.
Otro punto que destacan los habitantes del complejo es la mejora en el tránsito y la circulación. En épocas de lluvia, la formación de lagunas y charcos de barro impedían el ingreso o egreso normal al barrio.
Lo mismo sucedía con la falta de veredas que generaba, en muchos casos, que el agua terminara en los hogares. “Se nos inundaba la calle y no circulaba el agua, muchas veces durante las tormentas fuertes terminábamos con la casa inundada”, explicó Nimi.
Se hizo la luz
Ambos vecinos subrayaron, también, la colocación de la nueva iluminación LED, ya que permite realizar actividades nocturnas y refuerza la seguridad en las calles.
“Era una boca de lobo”, coinciden. “Ahora se puede ver bien, estacionar el auto y no tener que estar atento a cualquier cosa”, aseguran.
“Pensar que hace unos meses no teníamos luz y ahora tenemos una iluminación preciosa”, señaló Mendes.
Según los propios vecinos, el paisaje nocturno le agrega una “nueva vida” al barrio, al dejar atrás la penumbra y la sensación de inseguridad que generaba.