EL DRAMA DE HABERLE GANADO A CRISTINA KIRCHNER

(Carlos Pagni-La Nación).- El Gobierno ha recibido una radiografía bastante negativa del humor social, no tanto de su imagen, que puede fluctuar aleatoriamente semana a semana, sino de un fenómeno más importante, más decisivo: las expectativas de la gente y cómo creen que va a ser el futuro

En la campaña electoral última, en los meses de septiembre y octubre, si uno le preguntaba al público cómo iba a ser la solución de los problemas, había un 30% que decía que no los iba a poder resolver, que este gobierno ya fracasó.

Ese número hoy está en aproximadamente 48%, es decir, casi la mitad de los encuestados cree que el Gobierno ha perdido la oportunidad para resolver los problemas que tiene entre manos

La otra visión es la de los que creen que, el Gobierno, con tiempo, podrá resolver los problemas. En la campaña electoral, ese número de personas estaba en alrededor 45% y hoy está en 35%

Más allá de las razones que tocan a la economía, hay una razón -si se quiere, paradójica- y es que Mauricio Macri le ganó a Cristina Kirchner , ¿qué relación hay entre el triunfo sobre Cristina y este estado depresivo?

La gente puede haber tomado los primeros dos años de gobierno como los años de una gran confrontación con un pasado que no terminaba de irse, como una amenaza que prometía volver.

Una vez que le ganó ahora le gente exige resultados, y ahora Macri ya no compite con Cristina Kirchner: desde que él ganó compite contra sí mismo. Y mucha gente cree que ya pasó mucho tiempo para que el Gobierno despeje o derrote al otro gran enemigo que no tiene rostro: la inflación

En el contexto de este problema inflacionario, aparece un fenómeno que ningún argentino domina y que tiene que ver con una situación internacional: una suba en la tasa de interés que determina la reserva federal de Estados Unidos. Y, esa suba, produce un movimiento en todos los mercados emergentes, sobre todo en Latinoamérica

Frente a este fenómeno, el Banco Central decidió gastar reservas para mantener el precio del dólar y, así, algunos dicen que el Banco Central no está solo regalando reservas, sino que, al que tiene activos peruanos o brasileños le están diciendo que venga a la Argentina a comprar dólares porque los garantizan a un precio barato

¿ Federico Sturzenegger está convencido de que la receta que le pidieron es la correcta? ¿O agrega incertidumbre?

El Gobierno mira el problema como si estuviese al final de un camino de ripio: suben las tarifas porque no pueden no subirlas; la Argentina no se puede dar el lujo -por su reputación anterior- de romper un solo contrato

Es decir, el Gobierno cree que subirán las tarifas y que ese será el último impacto que habrá sobre los precios de la inflación

Una vez que se suban las tarifas y esto impacto sobre los precios, como no va a haber suba de tarifas más importantes más adelante, la inflación irá cediendo.

Toda esta es la visión positiva de un Gobierno que dice que estamos al final del túnel y, una vez que subamos las tarifas y este sea el último impacto sobre la inflación esto empieza a funcionar

Hay una visión no tan optimista que advierte que esto no sea tan así porque el precio de la electricidad y los combustibles impacta también sobre algunos bienes que son insumos de otros bienes

Hay una relación directa entre inflación y política: ¿cuál es? En un país con alta inflación, la imagen del Gobierno sube y baja según el comportamiento del salario real, es decir, del poder adquisitivo

Por lo tanto, si está pensando en las elecciones del año que viene, para el Gobierno es crucial bajar la inflación para que el poder adquisitivo del salario se mantenga, entre otras cosas, porque no pueden subir mucho más los salarios nominales, las paritarias están acotadas

El Gobierno se mueve en un sendero muy angosto de tensiones y contradicciones, y mira centralmente esta variable, que es la capacidad del salario para consumir

Por lo tanto, si la inflación se mantiene alta y come el poder adquisitivo del salario, lo más probable es que haya un malestar electoral el año que viene

En este contexto, contra el telón de fondo de estas encuestas negativas y del problema de la inflación que parece estar en el centro del mal humor generalizado, apareció otro dato: un ruido dentro de la alianza

Una consecuencia de que estos problemas no se resuelven, pero también su causa porque el que ve desde afuera del oficialismo que los radicales están inseguros respecto de cuál es el rumbo de la economía, la preocupación que manifiestan las encuestas aumenta

¿Puede ser que acá tenga que ver también que se le ganó a Cristina Kirchner? Puede ser porque la oposición a Cristina era un gran pegamento de gente que pertenecía a grupos distintos, a tradiciones distintas, pero que depusieron estas diferencias en homenaje a tener que derrotar a alguien que veían como más peligroso que mantener esa diversidad

Ahora que Cristina fue derrotada, que el kirchnerismo parece ser una variable menor de la política argentina, tendría que haber algún tipo de reacuerdo, de entendimiento dentro de Cambiemos para ver qué cosas los unen más allá de la rivalidad con un líder que ya entró en una especie de eclipse

Esta falta de coordinación política es aprovechada, obviamente, por la oposición, y esto es una física natural de coalición

¿Hay además de una falta de coordinación en la coalición una falta de coordinación administrativa? Probablemente, tal vez tenga que haber más conversación interna dentro del Gobierno, sobre todo porque es un Presidente que ha decidido no tener un gran director de orquesta, es decir, un ministro de Economía que mire el equilibro general

Cuando no hay nadie que mire el equilibro general, lo que suele ocurrir es que cada uno da lo mejor de sí, y eso no quiere decir que todo ande mejor: que todos den lo mejor de sí puede terminar en un caos, en una gran falta de coordinación

Eso es lo que tiene Mauricio Macri por delante: la ansiedad nuestra, porque ya le ganó a Cristina y queremos que empiece a cumplir con sus promesas, un problema objetivo, la inflación, que no cede con un Banco Central que intentó varias veces dominarla y cuya receta no está del todo clara, y además un problema de coordinación dentro del Gobierno y dentro de la coalición gobernante que también se pone ansiosa