(Por Eduardo Gargiulo).- Con el dólar en 31 pesos y el riesgo país en el nivel más alto del gobierno de Mauricio Macri, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, salió a intentar llevar calma, pero terminó reconociendo que Argentina está cerca de una megacrisis.
En una entrevista con Alejandro Fantino en América, Dujovne intentó despejar fantasmas sobre una crisis económica de grandes dimensiones, pero al intentar negarla no hizo más que admitir el escenario.
"Tenemos una responsabilidad muy grande que es evitar una megacrisis como las que ya vivimos tantas veces. En 2001, en los 80. Eso es lo más importante, evitar una crisis. Porque en cada crisis acumulábamos nuevas camadas de pobreza", afirmó el ministro.
En ese momento, el conductor lo interrumpió: "Me asustás, no me dijiste 'no hay ninguna posibilidad de una megacrisis'". La respuesta de Dujovne tampoco conformó: "No hay ninguna posibilidad porque estamos trabajando para evitarla".
"Si no hay ninguna posibilidad no trabajás para evitarla", lo expuso Fantino. "Trabajamos todo el día para que no haya ninguna posibilidad", aclaró el funcionario.
"¿Entonces no hay posibilidad de terminar como el 2001?", insistió Fantino. "No, ninguna posibilidad", respondió Dujovne, que también descartó un default. "Ninguna posibilidad. Nosotros tenemos un programa financiero para este año y el próximo que es el más pequeño que ha tenido Argentina en los últimos años", afirmó.
"Trabajamos todos los días para que la Argentina no vuelva a tener una crisis, estamos construyendo un futuro de prosperidad para todos los argentinos", completó.
Tal vez no lo pensó conscientemente, pero el solo hecho de decir “tenemos que evitar una megacrisis” es porque, naturalmente, esa posibilidad entra dentro de las hipótesis que se están manejando, como sospecha buena parte del mercado y la sociedad en general.
Con casi 20% de inflación en 7 meses y un cálculo que arroja aproximadamente el 32% anual, numerosos gremios continúan en conflicto, como los docentes universitarios y los maestros, entre otros, a los que se ofrece un aumento salarial anual de apenas el 15%.
Teniendo en cuenta el abultado endeudamiento externo, los compromisos para cumplir con las letras emitidas, la galopante inflación, la suba del dólar y el déficit fiscal, la posibilidad de que estalle la economía no está lejana: este combo es idéntico al que llevó al colapso del gobierno de la Alianza en 2001, por lo que se estableció el corralito y luego se declaró el default.
Por ahora este inquietante panorama permanece minimizado por los principales medios, que han instalado en la agenda pública el tema de los cuadernos y la corrupción. Pero de continuar esta prolongada crisis, que se agudiza diariamente por el constante aumento de las tarifas de los servicios, hacia fin de año se teme lo peor. El mes de diciembre, en la memoria de los argentinos, no trae buenos recuerdos.
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