DESCUBREN NUEVAMENTE RESIDUOS PATOLÓGICOS DESECHADOS POR UNA CLÍNICA EN EL CENTRO DE LA CIUDAD

La Dirección de Medio Ambiente le realizó un acta al sanatorio Ramos Mejía. Personal de Recolección de Residuos halló sueros, gasas y paquetes con sangre en plena vía pública, por calle Mitre a metros de la avenida Illia.

Por segundo día consecutivo, la Municipalidad de San Luis detectó residuos patológicos desechados de forma inadecuada en la vía pública, a metros de un sanatorio céntrico. Tras haber sancionado al sanatorio Rivadavia, este jueves se labró un acta al Ramos Mejía. Este último, ya había sido sancionado en el pasado mes de junio, por circunstancias similares.

El hecho fue detectado por trabajadores de Recolección de Residuos. Observaron durante la madrugada, que los desechos de la institución habían sido arrojados en el piso sobre el portón de salida por calle Mitre y a escasos metros de la vereda pública.

Según señaló la responsable de la Dirección de Medio Ambiente municipal, Luisina Casale, encontraron bolsas negras con restos de residuos sólidos urbanos mezclados con residuos patológicos, entre ellos, gasas con sangre, apósitos, envases con sangre y guantes de látex usados.

“En estos tiempos, que tenemos que tener sumo cuidado con la higiene, es muy grave que ocurra esto. Sin el tratamiento adecuado, es muy peligroso para los chicos de recolección como así también para todos los vecinos”, aseveró.

En horas de la mañana, Casale se acercó junto al cuerpo de inspectores para constatar la situación advertida por los recolectores y realizar el acta que será dirigida al juez de Faltas. “Al llegar a la institución nos comunicamos con las autoridades del sanatorio para explicar la situación y realizar la infracción”, contó.

LA IMPORTANCIA DE UN TRATAMIENTO APROPIADO

La directora de Medio Ambiente aprovechó la ocasión para remarcar la importancia del tratamiento adecuado de los residuos patológicos.

Según explicó, deben ser diferenciados de los sólidos urbanos y ser identificados en una bolsa especial de color rojo. “Son bolsas con un micronaje mayor que las comunes”, dijo. Además, remarcó que no pueden estar totalmente llenas y deben estar cerradas con un precinto.

Por otro lado, detalló que deben permanecer en un depósito específico y no entrar en contacto con otros residuos. “Tienen que estar bajo techo, con suelo impermeabilizado y en un espacio cerrado, sin estar a la intemperie”, detalló.