(Por Eduardo Gargiulo).- Hace una semana, el pasado viernes 21, el gobernador Alberto Rodríguez Saá, en medio del informe del Comité de Crisis, sorprendía a la audiencia anunciando la decisión de hacer coincidir el cronograma electoral de la provincia con lo dispuesto en el orden nacional. Agregó que ya había firmado el decreto de convocatoria, «acompañando las fechas del Gobierno nacional, para no separarnos y generar muchas elecciones. Tenemos que ser prudentes en la manera en que buscamos la menor movilidad social en momentos difíciles”, fundamentó.
Si bien en el Decreto 2420 se citan las fechas originales (8 de agosto las PASO y 24 de octubre las generales), se agrega en el Art. 8°: «En caso de producirse modificaciones en relación a las fechas de realización de las elecciones nacionales, o de resultar necesario por la situación epidemiológica y para garantizar el estatus sanitario de la provincia (…) el Poder Ejecutivo podrá modificar las fechas de realización de las elecciones que por este decreto se convocan». Una manera de dejar a salvo la posibilidad anticipada de votar en fechas coincidentes con lo que finalmente se resuelva en el orden nacional.
Sonó como la campana de largada para los oídos de la dirigencia política, que al menos ya sabe con certeza que existe un cronograma al que deberán adaptarse y las fechas definidas en que se convocará al electorado. Apenas el Senado de la Nación cumpla la próxima semana con el trámite que resta de la media sanción al proyecto girado por Diputados, quedarán fijadas las fechas de las PASO para el 12 de setiembre y las elecciones generales para el 14 de noviembre.
En este contexto, en los últimos días los principales referentes de la oposición política en el orden provincial coincidieron en apoyar la decisión tomada por el gobernador Alberto Rodríguez Saá, de unificar el calendario electoral provincial con el nacional. Pero varios de ellos agregaron un condimento: reclamaron que las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), para dirimir las candidaturas nacionales, coincidan con las primarias que rigen para las candidaturas provinciales (PAS), pero restableciendo su obligatoriedad.
El senador nacional Adolfo Rodríguez Saá solicitó el miércoles al ministro del Interior Eduardo Wado de Pedro, la “búsqueda de consensos con las provincias y los municipios para que se unifique el cronograma electoral en todos los distritos del país, como ya lo hizo San Luis, estableciendo el 12 de setiembre como fecha para las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y 14 de noviembre para las elecciones generales”.
Sobre la iniciativa de San Luis, Rodríguez Saá manifestó que “es una medida prudente para evitar que haya varios actos electorales”, y en ese contexto le preguntó al titular de la cartera política si ya se hicieron gestiones en ese sentido con los diferentes distritos del país.
La presidenta del PRO en San Luis, Gabriela González Riollo, también apoyó la simultaneidad de las elecciones, pero reclamó “reglas claras, democráticas, sin artilugios que puedan confundir a la hora de votar. Es por eso la necesidad de restituir las PASO provinciales junto con las PASO nacionales».
Por su parte el conductor de Avanzar, Claudio Poggi, también respaldó la decisión del Gobierno provincial de hacer coincidir las fechas de las elecciones.
«El Gobernador de San Luis convocó a las elecciones Primerias y Generales provinciales en fechas simultáneas a la convocatoria del gobierno Nacional, lo cual es bueno. En dos fechas del 2021, los sanluiseños ejercerán su derecho cívico tanto para lo nacional como lo provincial…”
A lo que sumó: “Por ello es más oportuno que las Primeras Provinciales sean PASO, es decir, igual que las PASO Nacionales. Cada espacio político propondrá sus candidatos y se evitan confusiones en los electores que obligatoriamente ya tendrán que ir a votar ese día por las PASO nacionales».
La otra pata de la alianza opositora, el radicalismo, se expresó a través del presidente de la Convención Radical, Roberto Pagano, quien señaló que coincide con la decisión de unificar las fechas de ambas elecciones y fue un paso más allá: sugirió que los bloques legislativos de la oposición formulen un proyecto de Ley para pedir por la Obligatoriedad de las PAS para cargos provinciales, lo que las convertiría en PASO.
El dirigente sostuvo que esta decisión «le daría mucha transparencia al acto eleccionario y evitaría cualquier posible confusión. Como en el año 2015, deberíamos tener solo dos elecciones: PASO provinciales y nacionales unificadas y luego la elección general para todos los cargos», ejemplificó.
A decir verdad, la solicitud de unificación de las primarias partidarias nacionales con las provinciales es un hecho: el Art. 5 de la convocatoria del decreto así lo establece. Lo que es menos probable es que el oficialismo acepte modificar la ley, ya modificada, que quitó la obligatoriedad a la elección de cada partido para dirimir sus candidaturas. Nuevamente se pondrá en juego algo que en la oposición no abunda: la verdadera vocación de poder. Si realmente la tienen, deberían acordar políticamente su propia elección PAS, respetar el resultado que arrojen las urnas y acompañar a los ganadores. Para ello, sería menester que cada congreso partidario apruebe la convocatoria dándole rango obligatorio a la realización de la interna, y luego hacer lo propio en el seno de la coalición opositora. Tan difícil no es.
Como sobran las sospechas de fugas y traiciones, se pretende que la obligatoriedad por ley «encorsete» a los más díscolos, que buscan la salvación individual detrás de una candidatura o una reelección que les asegure la subsistencia. Porca miseria…
(Apuntes de San Luis)