¿Secuela natural de aquel bochornoso y violento partido de futbol?
El jefe de Policía de la provincia, comisario Fabricio Portela, ya no ocupa el despacho superior de la Jefatura Central de Policía. Aduciendo razones de salud, sale de escena con un pedido de licencia que le fue concedida por el ministro de Seguridad.
A esta altura de las circunstancias resulta difícil no emparentar esta “salida elegante” con los graves episodios ocurridos hace una dos semanas en la cancha del Club Victoria en un partido contra el equipo de Peñarol de San Juan donde se puso en riesgo la vida misma de los jugadores visitantes. Pudo ser una tragedia que hubiese dado la vuelta al mundo como un testimonio vergonzoso de enorme magnitud.
Como consecuencia de esos hechos el Sporting Club Victoria, con una rica historia deportiva y social lastimada públicamente, sufrió una contundente sanción excluyéndoselo del circuito futbolístico oficial de Argentina en la órbita que maneja la Asociación del Futbol Argentino.
Un perjuicio innecesario, hiriente, que la institución, sus seguidores y su orgullosa trayectoria provincial no se merecían y que el salvajismo incalificable le produjo. Para colmo de males, en el texto enunciador de la sanción se endilga directamente a la Policía a cargo de la seguridad en la cancha, como uno de los principales responsables del peligroso tumulto acontecido.
Por estas horas se sabe que también se fue toda la comisión directiva del Sporting Club Victoria. Coletazos y consecuencias del mismo episodio triste.
Lo cierto es que ayer, el Ministerio de Seguridad emitió un comunicado en el que informó que el comisario general Fabricio Portela solicitó licencia por razones de salud y le fue concedida.
En el escrito se especifica además que “oportunamente se dará a conocer la estructura jerárquica con los cambios pertinentes”. De suyo, el texto implica que se vendrán más cambios en la plana mayor.