Lo acusan por su cercanía al ex director de Asuntos Jurídicos de la AFI, Juan Distéfano. Cambiemos contraataca con causas similares durante el kirchnerismo.
(Por Mauricio Cantando-LPO).- Este martes, mientras el juez de Lomas de Zamora Luis Federico Villena ordenaba 22 detenciones a los acusados de participar en la supuesta red de espionaje ilegal que funcionó durante el gobierno de Mauricio Macri, se esperaba que asistiera al Congreso Juan Sebastián Destéfano, ex director de asuntos jurídicos de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).
La vuelta al confinamiento total en el área metropolitana obligó a suspender la reunión de la bicameral que fiscaliza los organismos de inteligencia y hace un mes recibe testimonios de implicados en la causa de Villena, iniciada por un narcotráficante que aportó pruebas de haber perseguido a políticos para la AFI.
Algunos de los ex espías detenidos fueron citados al Congreso y no quisieron ir, como la ex secretaria de Macri Susana Martinengo; mientras que Jorge "Turco" Sáenz, un ex inspector de la policía metropolitana que recaló en la AFI en 2016, mencionó a varios de los que terminaron tras las rejas. Fue el caso de Daiana Romina "Bucky" Baldassarre, una ex agente que habría colaborado en la elaboración de audios. También cayó su hija María Belén Sáez, empleada administrativa.
Como Martirengo, Alan Ruiz, ex director de operaciones de la AFI, se negó a pisar el Congreso en cuarentena por prescripción médica y fue detenido, aunque por una causa que investiga el espionaje ilegal al Instituto Patria, sede política de Cristina Kirchner hasta diciembre.
Los legisladores oficialistas planean visitar a Ruiz en la alcaidía, si es que no lo conforma su declaración que dio ante el juez federal de Lomas de Zamora Juan Pablo Augé y los fiscales Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide. Pero antes quieren escuchar a Destéfano, el amigo de Daniel "El Tano" Angelici, presidente del Boca y reconocido como operador judicial en Comodoro Py, tanto por el kirchnerismo y como por Elisa Carrió, quien lo corrió de escena siempre que pudo.
El ex presidente de Boca es un jugador difícil para el kirchnerismo. Está incluido en la denuncia sobre una supuesta mesa judicial de ex funcionarios que se habría dedicado a armarle causas judiciales a Cristina Kirchner, según denunciaron sus legisladores afines.
Los ex espías aseguran que la dirección de Asuntos jurídicos se convirtió en el corazón de la AFI y reportaba a Majdalani. La controlaba Destéfano, quien junto a Angelici habría tenido la misión de proteger los operativos.
El Tano no tenía cargo en el Gobierno de Macri, pero sí influencias sobre Juan Mahiques, ex viceministro de justicia y representante del Gobierno en el consejo de la Magistratura, desde donde los abogados de la vicepresidenta aseguran que presionaba a jueces para fallar en su contra. Ahora es fiscal general de la Ciudad de Buenos Aires.
A Destéfano le espera un largo interrogatorio después de la cantidad de veces que lo mencionó en su declaración del último viernes en la bicameral el ex director de contrainteligencia Martín Coste, quien reemplazó en 2018 a Diego Dalmau Pereyra sucesor del mítico Jaime Stiuso y otro de los detenidos, pese a los esfuerzos que hizo Sáenz en el Congreso para despegarlo del espionaje ilegal y de su enredada declaración, que cansó a los oficialistas.
"Era un profesional", repetían. Tampoco evitó las rejas Mercedes Funes Silva: no le sirvió la carta en la que implicó a Arribas, Majdalani y Ruiz por el espionaje ilegal pero aseguró que jamás formó parte de una operación. No le creyeron demasiado.
Ante los legisladores, Coste definió al amigo del Tano como un personaje central en la AFI de Gustavo Arribas y Silvia Majdalani. "La dirección de Asuntos Jurídicos era un apoyo de las otras áreas, tenía cinco empleados y dos abogados históricos de carrera, que eran Maritré y Padilla. Con Arribas se crearon como 30 direcciones y se convirtió en una base operativa", describió a LPO uno de los legisladores presentes en la bicameral.
Contó que ni bien asumió como director de contrainteligencia supo del espionaje al Instituto Patria y cuando le preguntó a Majdalani involucró a Distéfano. "El corazón de la agencia pasaba por la Dirección de Asuntos jurídicos y esa butaca se la dieron a Angelici", interpretan en el oficialismo.
Su misión, entienden, era también lograr anclaje legal para los seguimientos a dirigentes, tal como se desprende de algunos audios de Ruiz que están en manos de Villena. "Cualquier escucha o tarea de inteligencia necesita la orden de un juez y Distéfano era el encargado de conseguirla", reconstruyen.
El nombre del ex director de Asuntos Jurídicos llegó a los medios hace un año, cuando el ex juez de Avellaneda Luis Carzoglio lo mencionó junto a Fernando Di Pascuale como los agentes de la AFI que irrumpieron en su despacho para exigirle que detuviera a Hugo Moyano.
Carzoglio se resistió, el procurador bonaerense Julio Conte Grand lo denunció por "abuso de autoridad" y el jurado de enjuiciamiento lo suspendió. Ante la bicameral de inteligencia, Arribas y Majdalani reconocieron que enviaron emisarios a su despacho y lo justificaron en que una detención del camionero podría provocar desmanes y debían saberlo a tiempo.
Aunque siempre en las sombras, Angelici aparece en otros capítulos de la disputa que libra Cristina con la justicia. Por caso, fue mencionado por el ex director de la Unidad Amia Mario Cimadevilla, como quien coordinó la presión para que el Estado se retire de la querella contra los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia en la causa de encubrimiento del atentado a la mutual judía.
"Yo nunca lo vi, pero cuando estaba en la Magistratura todos comían asados con él. Tal vez hablaban de Boca", ironizó el radical. El senador Oscar Parrilli anunció que crearía una bicameral para investigar qué pasó. Aún no envió el proyecto.
Este lunes, el tano ganó las páginas deportivas y políticas por las conversaciones entre Marcelo Tinelli y Julio Grondona en 2013, difundidas por el periodista Jorge Lanata, quien informó que habían sido ordenadas por una causa instruida por Norberto Oyarbide.
Oyarbide renunció en 2016 pero Tinelli sugirió que pudo haberle dejado el material a Angelici. Las escuchas no referían a la causa que se investigaba y por lo tanto debieron destruirse. Parrilli aprovechó para volver a pedir que la Corte Suprema no controle más las escuchas. Este martes, Cristina y Sergio Massa firmaron una resolución para que una subcomisión del Congreso colabore con la custodia del material.
El juzgado de Oyarbide recién se cubrió en 2019 con María Eugenia Capuchetti, votada en el Senado por un sector del peronismo y el rechazo de Cristina. Se trata de otra comensal de los asados de "El Tano", a quien conocería de cuando fue directora de la oficina de enlace del Ministerio Público Fiscal porteño, cuando el procurador era Martín Ocampo. En Cambiemos confían en ella y especulan con que podría reabrir la causa por enriquecimiento ilícito contra Cristina Kirchner.
Pero el contraataque a las detenciones no vendría por ese lado, sino por las causas por espionaje ilegal antes de 2015, varias aún en curso en Comodoro Py y hasta con presentaciones ante la bicameral. Algunas son las del proyecto X, una unidad especial de Gendarmería Nacional Argentina; seguimientos a periodistas y artistas y la denuncia que hizo el ex jefe de la Side Ángel Toma en 2006, sobre un auto y un fotógrafo que registraban cuando entraba y salía a su domicilio.